Anexo:Redentores de la Orden Trinitaria
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El Anexo: Redentores de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos recoge un exhaustivo listado, basado en fuentes de total fidelidad, de los religiosos trinitarios que ocuparon el oficio propio de Redentor General o bien realizaron la labor redentora enviados por su comunidad, e incluso en algunos casos a iniciativa personal. Se ha clasificado a los redentores por siglos, uniendo en un mismo listado a los de las diferentes provincias o ramas de la Orden a lo largo de la historia. Es evidente que aquí no están todos los nombres de los frailes trinitarios que ejercieron el oficio de redentor general o colaboraron en la actividad redentora de la Orden, sobre todo en los primeros tres siglos solo se guardaba referencia de los que habían ocupado algún cargo importante de gobierno, o bien de los que realizaron un mayor número de redenciones, o fueron más significativas. Es en España y Portugal donde a partir del requerimiento de Felipe II se levanta acta de cada redención efectuada, acompañando a la expedición trinitaria un escribano real que hace las veces de notario, de ahí que sea en los siglos XVI, XVII y XVIII, y con redentores españoles, donde encontramos datos más precisos. Junto al nombre del religioso se indica el oficio que ocupaba al realizar la redención de cautivos, el lugar o lugares donde se hizo, la fecha y la nacionalidad del redentor. Hay que destacar que muchos de los redentores nombrados por las provincias de Polonia y Austria eran de nacionalidad española, ya que ambas provincias fueron fundadas por trinitarios españoles del convento romano de San Carlino.
Es necesario aclarar que no todos los religiosos eran directamente redentores, los capítulos provinciales nombraban cada trienio a un religioso por Provincia que preparaba la siguiente redención, bien de la propia jurisdicción, bien en colaboración con otras provincias o instituciones. Este es el motivo por el que solo a unos pocos trinitarios podemos dar oficialmente el título de Redentores, si bien el resto participaban con su oración, petición de limosnas, predicaciones y sensibilización en esta importante y característica labor religiosa y humanitaria de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos. Muchos de los frailes redentores trinitarios sufrieron a su vez la cautividad, al quedar como rehenes a la espera de que una futura expedición aportara el dinero que faltó a cambio de la liberación de un buen número de cautivos; algunos de ellos no llegaron a ser nunca rescatados, son considerados mártires de la redención.