Las reacciones a la primera fase de la guerra ruso-ucraniana (2014-2015) fueron casi siempre condenatorias de la postura de Rusia, y de apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Tras la adhesión de Crimea a Rusia, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y otros países aplicaron una serie de sanciones contra funcionarios y empresas. El 27 de marzo en las Naciones Unidas fue aprobada la Resolución 68/262 denominada «Integridad territorial de Ucrania».